SANANDO MIS AGUAS.
2
de reyes 2:19-22
En
este pasaje Elíseo acaba de suceder a Elías. Podemos ver como después de cierto
tiempo de estar con su maestro ahora le toca enfrentar las cosas solo a él,
pues ya Elías no estaba con El. Recordemos que Elías acaba de ser arrebatado y
el manto de El profeta ahora reposa sobre el joven Elíseo.
En
esta escritura podemos ver que se presenta un problema con las aguas de la
ciudad. El lugar donde está la ciudad es bueno, pero las aguas son malas y la
tierra estéril. No hay productividad en dicha ciudad, ya que el agua está sin
poder usarse como se debiera, la tierra no produce fruto porque no es regada
con agua que la ayude a ser fértil.
El
hombre de Dios da una orden a los habitantes de la ciudad, pide que le traigan
una vasija nueva y que le pongan sal dentro de ella. Miremos que Dios nos
quiere hablar, este es un diseño que Dios nos da en su palabra para sanar toda
una ciudad, sanando las aguas se sana una ciudad completa.
Ahora
entendamos que el agua es un recurso espiritual, una de las cosas que la
ciencia no puede crear es agua, este es un recurso espiritual, óseo que esta
ciudad estaba teniendo no solo un problema físico, sino que también está
teniendo un problema espiritual que quizás no han visto. El texto nos habla que
esta tierra era improductiva, no se podía sembrar allí a causa del agua que la
regaba.
Le
acabe de decir que el agua es algo espiritual, y que es necesario que esta agua
sea sanada para poder tener fruto. Entonces es un diseño para sanar una ciudad,
pero para sanar una ciudad primero debo sanar mi casa, y para sanar mi casa
primero debo sanar mi vida. Entonces utilicemos este diseño para nosotros en
forma personal.
¿Qué
quiere decir que las aguas son malas? Aguas malas son aquellas que están
contaminadas, que tienen algún componente que las ha dañado. Para nadie es un
secreto que el ser humano es un 75 por ciento agua, y si el agua es quien da productividad debo
saber cómo está mi agua. ¿Cómo está tu agua? En ti hay amargura, rencor, dolor,
falsedad, engaño, altivez, mentira, resentimiento, envidia, orgullo,
incredulidad, practicas alguna clase de pecado, maltratas tus hijos, tu esposa,
tu esposo, humillas, pues te tengo una noticia. Tus aguas están malas. Y hoy
necesitas sanarlas.
Volvamos
al texto verso 20.
Lo primero que el pide es una vasija nueva. NUEVA. No usada, él quiere que sea algo que no se ha
usado antes, y que quiere decir esto, muy sencillo llevándolo a nosotros como
personas él quiere una vasija nueva, una persona lista y dispuesta a dejar todo
argumento y estructura pasada. Un hombre y una mujer que cambien su forma de
pensar que estén dispuestos a empezar a trabajar para que todo cambie, es
necesario deshacer toda estructura mental, toda estructura que lo único que nos
ha hecho daño, quitar el machismo, la arrogancia, la incredulidad, la auto compasión, el egocentrismo. Mis hermanos no permitamos que estructuras
dañinas sigan creciendo en nosotros. Se requiere de una vasija NUEVA. ¿Cuantos
quieren estrenar hoy? Que buena oportunidad para cambiar su vasija. Retese a
empezar a dejar todo lo que no sirve ni suma en su vida.
Lo
segundo que el profeta pide es que le echen sal a la vasija.
Necesitamos
de la sal en nuestra vida.
Siempre
hemos hablado de que nosotros somos las al de la tierra y obvio que es así la
palabra lo dice, pero quiero que hoy tomemos como referencia a Jesús, él es la
sal, a fin de cuentas él fue quien vino a dar salvación y así mismo preservar
lo que había ganado.
Entonces
la vasija necesita sal dentro, nosotros necesitamos de esa sal dentro, a Jesús
y toda su obra debe manifestarse en nosotros.
Ahora
hablemos de la sal, es un elemento que es conocido y usado por todas las
culturas de la tierra, durante todas las generaciones este elemento ha hecho
parte de las culturas.
La
sal era usada como un elemento para pagar a los acreedores.
La
sal preserva, no es un secreto que para preservar alguna carne solo es echar
una buena cantidad de sal y esta no se va a dañar.
La
sal irrita, si cae sal en una herida esta hace que el dolor sea fuerte, ahora
dejemos claro que la sal no causo la herida, si la palabra que Cristo nos da
nos irrita eso quiere decir que está causando el efecto debido. Este es un mensaje
que puede irritar su vida, porque está siendo expuesto a un espejo y pues se
nos ven las imperfecciones, en muchas ocasiones Cristo vino a irritar a los
demás a sacar a la luz lo que estaba mal.
La
sal produce sed. Cuando nos comemos algo pasado de sal es necesario ingerir
bastante líquido para contrarrestar la sal, Cristo en nosotros debe causar sed
de Él, de todo a lo que él le agrada, de su justicia, de su paz, de su amor, no
podemos ser creyentes solo de palabra debe ser de acción, y dar mucho fruto.
La
sal da sabor, debes permitir que Cristo quite toda insipidez de tu vida, tu que
no le ves sentido a la vida, tu que no le ves color, permite que Cristo traiga
todo eso a tu vida, el desea que tengas paz y gozo, un creyente sin sabor no
ama, no consiente, no abraza, poco sonríe, le parece cursi decir palabras de
cariño. La sal da sabor pero también puede perder su sabor, ¿porque puede
perder su sabor? Las impurezas, la humedad. El pecado, la rebelión, la
iniquidad hace que la sal pierda su sabor.
Podemos ver lo importante de la sal para sanar
las aguas, recuerde Jesús dijo que usted es la sal de la tierra, y todo esto
que le mostré enfatizándolo en él es algo que usted debe ser para los demás.
Verso
21. Lo siguiente que se hace es una acción. SALIENDO. Moviéndose, actuando,
ejecutando el plan. Mis queridos hermanos podemos tener un odre nuevo, llenarlo
de sal pero no va a servir si no actuamos, si no nos movemos hacia lo que Dios
quiere que hagamos, muévase a dejar el rencor, muévase a dejar la contienda,
muévase a pedir perdón, muévase a quitar la ira, muévase a quitar el machismo,
muévase a quitar la pasividad, muévase a creerle a Dios, muévase a sanar sus
aguas, muévase a alinearse con Dios. Si este hombre no se hubiese movido no
hubiese ocurrido un milagro. Muchos quieren cambios pero pocos quieren actuar y
dejar todo lo que impide el milagro, muchos quieren cambios pero pocos quieren
dejar los malos hábitos, actué y vera a Dios en acción.
Lo
siguiente que hace el profeta es ir a los manantiales, que son los manantiales
en este texto es el lugar donde nacen las aguas, él no se quedó mirando las
aguas malas, él fue a mirar donde se originó el problema, pues allí era donde
lo va a solucionar.
Mis
hermanos esto es una gran lección, es necesario que hoy dejen de mirar tanto el
problema, mejor vayan a donde se originó el problema y allí lo van a poder
solucionar, dejen de huirle a enfrentar el origen, llego la hora de ir de
frente en contra de todo aquello que no me deja crecer y avanzar en Dios. Con su
nuevo odre y lleno de sal, va a ganar la pelea y sus aguas se sanaran. Y si
usted como persona sana sus aguas podrá sanar las aguas de su familia, y por
ende las aguas de la ciudad.
Dice
la palabra que desde ese día hasta hoy esas aguas no se han vuelto a dañar,
siguen siendo buenas y productivas. Que eso digan de usted mi hermano. Si se sana
el agua, la tierra se vuelve fértil.
Cambiemos
de vasija, llenémonos de sal, actuemos, y vayamos a él origen.
Son
principios espirituales que debemos aplicar a nuestra vida.
Iglesia Cielo Nuevo y Tierra Nueva.