Camino, Verdad y Vida.
Juan
14:6.
Este
es un texto sumamente conocido, muchos lo recitamos de memoria, pero miremos
hoy algunas cosas que Dios nos quiere hablar.
Claro
está que la Vida Eterna no consiste simplemente en creer o aceptar que Cristo
es el Camino, la Verdad y la Vida. Tú puedes pasarte toda una vida repitiendo a
quien quiera oírte: “Yo creo que Cristo es el Camino, la Verdad y la Vida”, que
no por eso tendrás asegurada la vida eterna.
Porque
el principio de la vida eterna da acceso cuando, además de creer y declarar que
Cristo es el Camino, tomamos la nada sencilla pero posible decisión de
comenzar, de manera genuina, a transitar por ese Camino. Esto es: caminarlo con
todas sus alternativas; de las buenas y de las otras.
Muchos piensan que aceptando la fórmula y creyendo en ese
principio, todo estará arreglado. Pero déjame decirte que no funciona así,
porque ese es solamente el anuncio, el letrero que te dice dónde está el
camino. Lo que sí va a funcionar es el caminar por donde ese letrero te dice
que debes caminar.
Hay algo que definitivamente está más que claro: cuando una
persona acepta los conceptos y las doctrinas correctas, lo único que tiene es
una religión pintada o barnizada con el color del cristianismo, pero no
necesariamente tiene a Cristo.
Normalmente,
una religión tiene: un fundador, tiene un libro y tiene una doctrina extraída,
obviamente, de ese libro. Ejemplo: Mahoma fue el fundador del Islam, mientras
que el libro que lo recuerda y contiene los principios musulmanes, es el Corán.
José
Smith fue el fundador de los denominados como “Iglesia de Jesucristo de los
Santos de los últimos Días”, más conocidos como “mormones”. Tienen un libro,
“El Libro de Mormón” y una serie de reglas y principios que ellos respetan y
obedecen, al igual que los musulmanes con Mahoma, en honra al fundador ya
desaparecido.
El
cristianismo también tiene un fundador: Jesucristo, y también tiene un libro:
la Biblia. Si hacemos como hacen ellos, siguiendo las reglas, principios y
preceptos que allí están escritos, seremos una religión más: la religión
cristiana.
Pero resulta que hay una enorme diferencia que no siempre es
vista, y que cuando lo es, no siempre es creída: el
fundador del cristianismo, está vivo. No va a contradecir su palabra
escrita, pero puede hacer algo nuevo hoy mismo, como lo haría cualquier persona
que vive.
¿Lo crees? ¿De verdad que lo crees? Mira que en creerlo o no,
hay mucho en juego. De allí que limitarte a aceptar que Cristo es el fundador,
aceptar que la Biblia es el libro y que todo lo que allí está escrito se debe
creer y obedecer, no te hace cristiano. En todo caso, te hace miembro de la
religión cristiana. Lo que sí te hace cristiano, es tener genuinamente a Cristo
en tu vida.
Mateo 28: 20
Es curioso, pero no dice “Mi doctrina estará con
ustedes todos los días”. Tampoco dice “Los conceptos sobre mi persona los
acompañarán todos los días”. Dice YO ESTOY con ustedes todos
los días. ¿Y entonces? Entonces ¡Está vivo! ¿Vivo? ¿Cómo vivo?
¿Y ese hombrecito crucificado? Ese es Cristo tal
cual como a los demonios les encanta que lo veamos. ¿Y ese pobre hombre
sufriente, con sangre en el rostro por su corona de espinas y un pecho abierto
donde se ve su corazón sanguinolento? Ese es un cuadro de Jesús de Nazaret
pintado por Pepe Satanusky. ¿Y tú te lo creíste? ¡Era un cuadro! – ¡Pero
hermano! ¡Es que él murió así! ¡Claro que murió así! ¡Pero resucitó al tercer
día! ¿Por qué vamos a tomar a la cruz como muerte si en realidad fue una clara
victoria sobre la muerte?
Por eso, cuando Cristo se mueve, (Porque: ¿Cuántos
saben que todo lo que está vivo se mueve?) Cuando Cristo se mueve, cualquier
día, empiezan a haber problemas en la iglesia. ¡No! ¿No? ¡Hermanos! ¡Esto nunca
se hizo antes! ¿Será de Dios?
No sé: ¿Qué dice la palabra? Que Jesús resucitó a
Lázaro. ¿Y entonces por qué te asustas si en el funeral del hermanito Fulano,
pobrecito, por ahí por la madrugada, el muerto empieza a moverse y se sienta en
el ataúd? ¿Por qué vas a asustarte si lo que está haciendo es bíblico?
Sí, claro, es bíblico, pero… ¿Sabes? ¡Nunca pasó
antes! No es la costumbre, no está en la tradición de nuestra iglesia, de
nuestra denominación; jamás ocurrió. Esas son reglas, normas. Ahora bien; si
decidimos vivir sobre la base de reglas, estatutos, costumbres, tradiciones y
normas, ¿Para qué hubiéramos necesitado que Jesús resucitara? No hay duda,
hermano: cuando Cristo se mueve, en el primer lugar que arma un batifondo
monumental, es en la iglesia. Y te digo más: el mundo es capaz que se lo cree
más rápido.
Después tenemos el Pentecostés. Vamos a ver. Una
religión que vive por la interpretación de un libro transformado en doctrina.
¿Necesitaría un Pentecostés? Sería incomprensible, ¿Verdad? Sin embargo, y en
aras de una interpretación doctrinal que no se discute pero que no se sabe muy
bien en qué parte de la Biblia está, hay mucha iglesia denominada cristiana por
allí, que también vive sin un Pentecostés.
Eso, aunque te parezca insólito, la transforma en
una iglesia cristiana que vive sin Cristo. ¿Cómo que vive sin Cristo si su
mensaje es cristocéntrico? Claro, pero sólo conoce y difunde su historia, sus
palabras, su enseñanza y sus dogmas, pero que no evidencia su presencia actual.
Porque no sé si recuerdas que te dije que Él está vivo, ¿No es cierto? Y eso
está sucediendo HOY.
Hay algo que como cristiano debes tener muy en
claro: Cristo no vino a la tierra a fundar una religión. Él vino a vivir una
vida. Su máxima enseñanza, partiendo de la base del evangelio que él predicaba:
(El Reino de los Cielos se ha acercado), era que los demás vieran cómo vivía
Él, y que pudieran seguir sus pasos y vivir igual.
La Biblia nunca dijo que el que tiene la mejor
doctrina, el mejor dogma, la mejor teología, tiene la vida. La biblia siempre
dijo y dice aun que el que tiene al Hijo tiene la Vida. Esa es
le verdad. Y la verdad, (Recuerda que: “Yo Soy el Camino, la Verdad y la
Vida”), es inconfundible porque es una persona: Cristo; no una suma de dogmas.
El cristianismo, cuando se
reduce o se limita a una religión, es lo más parecido a un velatorio, a un
funeral. Supongo que has ido alguna vez a un funeral de alguien, ¿Verdad? En un
funeral, todo el mundo habla del que se murió. Se comenta lo que hizo y lo que
no hizo, lo que dijo y lo que no dijo. Es lo más normal, casi natural y
corriente.
Se te muere un familiar y,
cuando hablas de él, hablas de lo que hizo cuando estaba vivo, hablas de las
cosas que decía cuando estaba vivo. Porque desde que se murió hasta este
momento, ya no sabes más nada de él, así es que muy poco es lo que podrías
decir. Entonces pregunto: ¿Nadie, por ventura, se ha dado cuenta que en una
enorme proporción de cristianos ocurre lo mismo?
Entonces llegamos a un templo
de cualquier congregación y empezamos. Zaqueo, Los Leprosos, El Ciego Bartimeo,
siempre lo mismo. Lo miramos de aquí, lo miramos de allá, lo enfocamos desde
este ángulo, lo apuntamos desde aquel ángulo. Nos identificamos con tal
interpretación, nos adherimos a la otra interpretación, discutimos por ellas,
pero no salimos de lo que hizo Zaqueo, los leprosos o el ciego Bartimeo.
Parece que fuera un sistema
como que hablamos de uno que se murió y que se quedó muerto. Entonces, todo lo
que hablamos de él, es lo que él hacía cuando estaba vivo. Es allí donde parece
que nuestros hijos se educan, se forman y se crían en un enorme funeral de
domingo. Siempre oyen hablar de lo mismo. De lo que Jesucristo hacía cuando
estaba vivo.
E y es necesario entender que
Cristo, aun se mueve y tiene acciones, que en ocasiones no son muy bien
recibidas por los creyentes, les repito algo que tiene vida, tiene movimiento.
Cada vez que Cristo se mueve trae caos a muchas personas solo porque no quieren
ser movidos de su comodidad.
Efesios 3: 14
Jesús dijo: El
que cree en mí, tiene vida eterna. Él jamás dijo que el que creía
en Él tenía la doctrina correcta. O que el que creía en Él tenía el sistema
teológico verdadero. El que tiene al Hijo, tiene la Vida, no el que tiene la
doctrina correcta. ¿Por qué nos peleamos por doctrina, entonces? Hombres
ilusos.
Hoy en día, los creyentes están
más centrados en el culto que en Cristo. ¿Qué crees que es la vida cristiana:
tenerlo a Cristo dentro o venir a un culto todos los domingos? Ya me imagino lo
que me estás respondiendo: somos rápidos para las respuestas correctas: “¡Las
dos cosas, hermano!” ¡Muy bien!, Pero: ¿Me dejas que te pregunte algo con total
sinceridad, para ser respondido del mismo modo? Revísate. ¿Tienes,
verdaderamente, las dos cosas?
Cuidado, no quiero que te
confundas. El culto tiene un lugar importante en la vida cristiana, a eso nadie
te lo puede minimizar, despreciar o alterar. Pero doble cuidado: jamás el culto
podrá tener un lugar en lugar de Cristo. Está escrito: Es Cristo en
nosotros, la esperanza de gloria.
Nadie dirá que alguien que le
da prioridad por sobre todo al culto, sea un hermano infiel, de acuerdo. Pero
te diré algo: será un hermano que no crece. Por eso hay tana gente que no
crece. ¿Quieres examinarte? Pregúntate ahora: ¿Qué pasaría con mi vida de fe si
tuviera que pasarme tres meses sin ir al templo?
¿Quieres desmitificar una frase
hecha? Ahí va: Cristo dijo: Yo Soy el Camino, la Verdad y
la Vida, ¿No
es cierto? Y nadie viene al Padre sino por
mí. Bueno;
creer que Él es el Camino, la Verdad y la Vida, y que nadie viene al Padre sino
por Él, es un concepto que, cuando se acepta, la iglesia a coro te dice: ¡Tú
eres salvo! Pero hay un problema: la escritura no dice que tiene la vida el que ACEPTA que Él es el camino: Dice que es salvo
el que RECORRE ese Camino.
El gran problema de la iglesia,
hoy día, es confundir conceptos con vida. Todas las religiones están basadas en
conceptos. Para pertenecer, hay que aceptar esos conceptos. Pero con nosotros
pasa lo mismo. Si tú quieres ser bautista, pentecostal o hermano libre, por
decir algunos, tendrás que aceptar sus diferentes y respectivos conceptos.
No hay un Cristo bautista, otro
pentecostal y otro hermano libre, desde ya, pero hay distintos conceptos sobre
Cristo en cada uno de esos lugares. Los conceptos son las doctrinas, las
formas, los sistemas. Pero ¡Cuidado! Tener los conceptos acertados, no quiere
decir que andemos bien. Porque Cristo dijo: ¡Yo soy el Camino!
Verdad.
Jesucristo es la
revelación, final y completa de Dios. Jesús es la verdad. " Yo soy la verdad. ” "Yo y yo
solo, y nadie más soy la verdad. ” Jesús es la encarnación real de la verdad.
Él es el representante autoritario y
revelador de Dios. Él oye lo que
el Padre dice y hace lo que el Padre le dice hacer que haga (5:19; 8:29). La explicación sobre Juan 14:6 nos apunta: "Yo soy el camino que revela la
verdad (sobre Dios) y da la vida (a la gente)”
Los hombres han
cambiado la verdad de Dios por una mentira (Rom. 3:7; 15:8; 1:25). Pero la verdad misma de Dios reside en
Cristo. Él es "lleno de gracia y de verdad ” (Juan 1:14), y es la fuente de gracia y
verdad a los hombres ( v. 17). La verdad de Dios es una realidad que se revela
en Jesús. La verdad es el conocimiento de Dios por Jesucristo (Juan 8:31f). Tener la Verdad es tener
la vida eterna (17:3).
La Vida
Jesús
es la vida para todo el que se arrepienta y crea en Él para
salvación. Él solo nos salva de la muerte. Cristo es el Libertador de la
muerte tanto física como espiritual y eterna. "El ladrón no viene
sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para
que la tengan en abundancia. ” (Juan
10:10). " yo mismo, ” esta Persona divina en nuestra
vida, " yo mismo soy la vida. ”
El
hombre natural está espiritualmente muerto. Él está sin vida. Todo gira
alrededor del "yo"," mí" y "el mío" en la vida
natural del hombre. Él está vivo al mundo, pero muerto para Dios, y las cosas
de Dios. Él tiene la existencia terrenal, pero él está muerto espiritualmente.
Jesús promete levantar a los muertos. Él da la vida, la vida eterna, a todo los
que lo invocan. James Boice escribe, "Si la vida que Cristo da es la
vida de Dios, entonces esa vida es la vida eterna. Y el cristiano no puede más
fallecer como no puede Dios el Padre. ”
Jesús
dijo: "De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al
que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de
muerte a vida. ” (Juan 5:24). El
apóstol Juan escribió: "Quien cree en el Hijo tiene la vida eterna;
pero él que no obedece el Hijo no verá la vida, sino la ira de Dios vendrá
sobre él ” (3:36).
Jesús
prometió la vida "eterna” a todo que creen en Él. "Mis
ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 28 y yo
les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano”
(Juan 10:27-28).
Iglesia
Cielo Nuevo y Tierra Nueva
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